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La idea es hacer una sintesis, sobre las distintas disciplinas en las que me he formado (gestalt, psicodrama, zen, relaciones humanas, arte).

Estoy convencida que mirar el mundo y la realidad desde esta perspectiva es vital para vivir presente en nuestro aqui y ahora...con todo lo que trae, que seguramente es mucho.
Las posibilidades se amplian, la creatividad surge y nuestra cotideaneidad pasa a ser una aventura que vale la pena vivir.

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jueves, 10 de junio de 2010

una breve historia

AMALIA

Amalia apareció por primera vez hace 4 años. Venía en busca de respuestas, pero sobretodo a esa pregunta que la mayoría de las mujeres nos hacemos en distintos momentos de nuestra vida y que según las circunstancias, puede modificar para siempre nuestra existencia llevandonos a la mas terrible de las soledades.
Por que no soy querida?
Era muy joven, apenas 26 años. Rubia, delgada, su pelo corto le daba un aire aristocráticamente moderno , pero era su vos la que revelaba la vulnerabilidad , que intentaba esconder tras esa fachada de mujer actual, que todo lo puede y que sin darse cuenta era otra víctima sometida a las necesidades y objetivos de los demás.
Tenía un marido al que amaba, pero la relación era difícil y persistía quizás por la existencia de Catalina, la hijita de tres años, que se había convertido en el catalizador
de la bronca e impotencia de la madre. Por que lo que no dije y en definitiva es lo
mas importante es que Amalia tenia un tumor.
Entró en el consultorio, dejó la cartera en el piso y se apoyó en los almohadones que había desparramados en la alfombra. Me miró a los ojos y me dijo: quiero vivir.
Sentí en mi pecho el impacto de su declaración. No por que fuera la primera vez que alguien lo dice, sino por que en su tono había un pedido implícito y era que no la dejara morir. En el mejor de los casos la muerte puede ser algo asumido cuando ya estamos cerca del final y sabemos que no hay muchos lugares mas a donde ir. Podemos decir tambien mas filosóficamente que sin la muerte la vida no tiene sentido; pero cómo abordarla, con alguien extremadamente joven que usaba su omnipotencia como escudo.? Pautamos una sesión semanal con la flexibilidad de acomodarlas a su tratamiento médico
Venía sistemáticamente sobretodo los primeros tiempos, donde el miedo, la angustia eran los que dominaban la escena, pero en cuanto se sentía un poco mejor abandonaba.
Mirando ahora a la distancia imagino que ésta era su estrategia de supervivencia, donde la negación era primordial para poder vivir la cotidianeidad sin el fantasma de la muerte acechando en cada rincón, y era lo que le permitía disfrutar de su hija en mejores términos.
Esto lo pudo sostener hasta que los dolores no le permitieron escaparse más y la enfermedad se instaló contundentemente. Fue en esos momentos donde ocurrió la transformación. Día a día la omnipotencia se fue descascarando, dejando espacio para que la fragilidad, la tristeza y la vergüenza de una nena abusada y maltratada pudiera expresarse con llantos, gritos y palabras. Porque una multitud nos habita y aquellas partes nuestras que no tienen voz, a las que escondemos en el fondo del alma por que no son aceptadas por el otro y nos llena de espanto mostrar, en algún momento piden salir, y si no las escuchamos toman las riendas de nuestra vida y afloran en alguna enfermedad.
El riesgo de mostrarnos con nuestras miserias es altísimo Es como si siguieramos la ecuación: si me muestro tal cual soy no me van a querer y si no me quieren, en tonces no existo. Pero el mayor peligro es ceder a la imagen que el otro tiene de nosotros.
Ahí perdemos de vista nuestra esencia que es en definitiva lo que nos vinculan a fondo con la vida.
Amalia finalmente pudo entenderlo y sus últimos días transcurrieron en paz.
Yo sigo preguntándome, por esa cuota de omnipotencia que hace que esperemos a que la muerte se asome para dejar nuestras cosas al día.
Para eso todavía no tengo respuesta.

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